El pasado 23 de Septiembre del 2010 el grupo narcoterrorista de las FARC, sufrió un duro golpe al ser dado de baja Víctor Julio Suárez Rojas alias “El mono jojoy” en el municipio de la Macarena, zona selvática de Colombia; hecho que impacto al pueblo Colombiano por lo que simbolizaba este personaje. Para ninguna persona en la nación es un secreto que murió uno de los cerebros de este grupo insurgente, pero que todavía no se ha dado fin a este problema que ha tenido que contraponer los gobiernos pasados y el actual gobierno colombiano.
La “guerrilla” que nació en la década de los 60’ como respuesta popular a la guerra entre ricos y poderosos, aún esta viva y se antepone a las políticas gubernamentales que en búsqueda de acabar con el conflicto armado, han establecido nuevos problemas sociales que hacen ínfima dicha situación. No obstante, un grupo armado no puede convertirse en la única preocupación para un mandatario, ya que en el país hay situaciones de primer orden que aquejan al pueblo, y que no se muestran como tal tapándolas con pequeñas cortinas de humo.
A través de los diferentes de los golpes a las “FARC”, se han magnificado los periodos de gobierno de algunos presidentes, por los medios nacionales que justifican ante la gente todo acto que se comete; de hecho brindan información que no es del todo cierta, para generar pensamientos y conceptos en contra o a favor de sus convicciones.
En conclusión, vivimos una guerra particular que no nos sirve de nada ante las pretensiones de 44 millones de habitantes, que observan como se invierte el dinero de la nación en una conflagración que no tiene sentido; sobreponiendo sus intereses con respecto a los del “pueblo”, que anhela más educación, vivienda, salud, alimentación ;
Para no seguir viviendo una guerra que se ha generado, la cual durante muchos años ha causado millones de muertes, desplazamientos forzados, pobreza, entre otros perjuicios que ponen a Colombia como el país mas violento del mundo y entre uno de los que más presenta problemas de carácter social. De cierta forma, nuestro pasado y presente pone en duda las políticas de gobierno del actual presidente Juan Manuel Santos y las de sus antecesores, que al finalizar sus cargos han puesto en evidencia que el país no deja de ser un país tercer mundista que en su afán de progreso no busca nuevas alternativas de solución que expropien los flagelos con los cuales convivimos todos los días los colombianos.
Hace 2 días
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Columna de opinión realiza por: Cristian F. Sanchez.
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